Las ópticas
Las ópticas para laparoscopia y artroscopia son instrumentos que permiten visualizar el interior del cuerpo durante la cirugía mínimamente invasiva. Están formadas por un anillo exterior de fibras ópticas que transmiten luz y un núcleo interno de lentes que retransmiten la imagen a una cámara.
Existen diferentes tipos de ópticas según el ángulo de visión, el diámetro, la resolución y la tecnología. Algunos ejemplos son:
Ópticas rígidas:
son las más comunes y tienen un ángulo de visión fijo, que puede ser de 0°, 30° o 45°. Se usan para laparoscopia, artroscopia, cistoscopia, histeroscopia y ureterorrenoscopia.
Óptica Laparoscópica:
se usa para examinar la cavidad abdominal y los órganos internos. Se introduce a través de una pequeña incisión en el abdomen. Tiene un diámetro de unos 10 mm y un ángulo de visión fijo, que puede ser de 0°, 30° o 45°23.
Óptica Artroscópica:
se usa para examinar las articulaciones. Se introduce a través de una pequeña incisión cerca de la articulación. Tiene un diámetro de unos 4 mm y un ángulo de visión fijo, que puede ser de 0°, 30° o 70°23.
Cistoscopios:
se usan para examinar la vejiga y la uretra. Tiene un diámetro de unos 8 mm y un ángulo de visión de 0° o 70°23.
Histeroscopios:
se usa para examinar el útero y el cuello uterino. Tiene un diámetro de unos 5 mm y un ángulo de visión de 0° o 30°23.
Laringoscopio: se usa para examinar la laringe y las cuerdas vocales. Tiene un diámetro de unos 6 mm y un ángulo de visión de 0° o 70°23.
Ópticas ULTRA:
tienen un diámetro reducido de 5,4 o 10 mm y una tecnología 4K que ofrece imágenes de alta resolución y colores realistas. Se usan para laparoscopia, artroscopia y cistoscopia.
El uso de las ópticas para laparoscopia y artroscopia requiere un entrenamiento específico por parte del cirujano, ya que implica dificultades como el efecto fulcrum, la visión en dos dimensiones, la dependencia de un ayudante y la disminución de los rangos de movimiento.
El efecto fulcrum o “movimiento inverso” es una dificultad que se presenta en la cirugía, debido a que el punto de pivote del instrumental está fuera del cuerpo del paciente, en el lugar donde se introduce el trócar. Esto hace que los movimientos del cirujano se inviertan al llegar al campo operatorio, es decir, si el cirujano mueve la mano hacia arriba, el instrumento se mueve hacia abajo, y viceversa. Esto compromete y altera la correcta coordinación ojo-mano-campo operatorio y provoca la pérdida de destreza.
Para evitar el efecto fulcrum, el cirujano debe adaptarse a esta inversión de movimientos y mantener una postura ergonómica que le permita tener un control preciso del instrumental.
También se pueden utilizar sistemas robóticos que eliminan el efecto fulcrum y ofrecen una mayor libertad de movimiento y una visión tridimensional.
Muestras de Ópticas averiadas que nos llegan a nuestras instalaciones